El secreto de nuestro sabor.

El cerdo ibérico, criado con dedicación en su entorno natural, garantizando un sabor inigualable en cada pieza.

En el corazón de Córdoba, el Valle de los Pedroches se distingue por su rica tradición ganadera y su entorno natural privilegiado, hogar del excepcional Cerdo Ibérico que da vida a nuestros productos. Este cerdo, símbolo de excelencia y autenticidad, es el pilar fundamental de nuestra producción de jamón ibérico, representando la fusión perfecta entre tradición, cuidado y calidad.

El Cerdo Ibérico del Valle de los Pedroches es una raza autóctona reconocida por su robustez y adaptabilidad al entorno. Su pelaje oscuro y su musculatura bien desarrollada no solo lo hacen distintivo, sino que también contribuyen a la calidad de la carne. Estos cerdos destacan por su genética pura, heredada de generaciones de criadores que han perfeccionado su manejo para preservar las cualidades únicas de la raza.

Nuestro compromiso con la excelencia comienza en la dehesa, un ecosistema mediterráneo donde nuestros cerdos ibéricos crecen en libertad, pastando entre bellotas y hierbas aromáticas. Este entorno natural no solo garantiza el bienestar animal, sino que también influye directamente en el sabor y la textura de la carne. La libertad de movimiento y el acceso a una dieta natural rica en nutrientes son esenciales para desarrollar el marmoleo característico que distingue a nuestros productos.

La dieta de nuestros cerdos es fundamental para la calidad del jamón ibérico. Durante la montanera, la temporada en la que los cerdos se alimentan exclusivamente de bellotas, su carne adquiere un sabor profundo y una textura jugosa. Las bellotas del Valle de los Pedroches, reconocidas por su alta calidad, aportan ácidos grasos saludables y un distintivo aroma que se refleja en cada bocado de nuestros jamones.

 

En Murillo Torrico, nos dedicamos a criar nuestros cerdos ibéricos con el máximo respeto, garantizando su bienestar y promoviendo un entorno saludable. La dehesa del Valle de los Pedroches, con su rica biodiversidad, es el lugar donde implementamos prácticas agrícolas sostenibles que preservan el paisaje natural y aseguran la calidad de nuestros productos.

El cuidadoso manejo de nuestros cerdos, junto con las condiciones únicas del valle, produce una carne excepcional. La combinación de genética superior, alimentación natural y un ambiente ideal se traduce en un jamón ibérico de sabor intenso, textura suave y una grasa que se deshace en el paladar.

La tradición de criar cerdos ibéricos en el Valle de los Pedroches es un legado que se transmite de generación en generación. En Murillo Torrico, mantenemos viva esta herencia, integrando innovaciones que mejoran la calidad y sostenibilidad, asegurando que cada jamón ibérico que producimos honre nuestro pasado mientras mira hacia el futuro.